Nellie Bly

Leyendo la novela gráfica Chicas malas, editado por Liana Editorial, me encontré con Elizabeth Jane Cochran, más conocida como Nellie Bly.

Nellie Bly supo desde muy pequeña que no encajaba en la sociedad en la que había nacido, pero fue tras leer una columna llamada «Para qué sirven las mujeres», artículo que no dejaba a las mujeres en buen lugar, que decidió responder al autor bajo el seudónimo «Huerfanita solitaria». El director quedó impresionado por su estilo y la contrató, pero pronto quedó relegada a las cuestiones de moda y hogar.

Nellie no estaba dispuesta a ser una periodista más por lo que al poco de llegar de México, se hizo pasar por loca para que la internaran en una institución mental cuando trabajaba en el periódico de Josep Pulitzer. Estaba convencida de que los pacientes vivían en pésimas condiciones y eran maltratados. Estuvo diez días internada y tras su salida consiguió que se mejoraran las condiciones de las institución. Así nació la primera periodista de investigación.

En 1898 leyó La vuelta al mundo en ochenta días y retó a su editor a que le costeara el viaje convencida de que ella lo haría mejor. El medio le puso excusas como que las mujeres eran débiles o viajaban con mucho equipaje y que eso las volvía lentas, pero Nelly no se rindió y en noviembre de 1899 partió con un vestido y un bolso de mano. Volvió 72 días, 6 horas y 11 minutos después. En su viaje conoció al mismísimo Julio Verne que, aunque se mostró escéptico, le prometió su reconocimiento si lo conseguía. Estoy segura de que Phileas Fogg le aplaudiría su hazaña.
Recogió su viaje en La vuelta al mundo en 72 días, editado por Capitán Swing, que también incluye sus textos sobre su encierro en el manicomio y los seis meses que pasó en México como corresponsal.

Fue corresponsal de guerra durante la Primera Guerra Mundial y cubrió los eventos de la convención a favor del sufragio femenino en 1913.

Nellie Bly murió el 27 de enero de 1922 aquejada de una neumonía.