Tea Rooms. Mujeres obreras de Luisa Carnés.
Me pregunto como reaccionarían Luisa Carnés y su alter ego, Matilde, al darse cuenta de que Tea Rooms es tan real ahora como entonces , tan real como en aquellos años 30 que nos parecen lejanos, pero que aún podemos tocar con la punta de los dedos. Puedo sentir la desazón de Matilde tras acudir a una entrevista de trabajo como mecanógrafa y descubrir que sus tareas iban más allá de redactar cartas e informes; siento en mis pies el frío invierno de Madrid colándose por los zapatos desgastados; siento su desilusión al aceptar un trabajo que no le gusta de dependienta en un salón de té y siento su dolor al perder a una compañera a manos de un médico sin escrúpulos y de un hombre que no acepta su responsabilidad. En el café de clase media que trabaja donde trabaja Matilde también conoceremos a la fiel Antonia, a una encargada estirada que mantiene una relación con un hombre casado, al ogro de quien reciben tres pesetas por horas de trabajo sin descanso, a una empleada tan desesperada