«Cardumen» de Rexina Vega
«Y sabían, claro que sabían, que aquel viento presagiaba un vendaval y que harían bien en ponerse a cubierto. Cerrar las ventanas, correr los cerrojos, aunque fuera estuviese luciendo con fuerza el sol de julio». Me fascinan los libros en los que no hay diálogos y que dejan todo el peso de la historia en los hombros del narrador. En «Cardumen» este peso recae en la voz de una niña sin nombre que nos abre las puertas de su casa, la casa de sus abuelos, en un Vigo, tan personaje en esta novela como los demás, que parece pausado en algún punto del siglo XX, y que nos mete de lleno en la historia familiar a través de los recuerdos de sus abuelos, un abuelo enfermo y una abuela tan frágil como amorosa, pero también de los de algunos objetos que forman parte de un pasado que ella no vivió y que lleva impregnado en el ADN. En «Cardumen» la narración y los personajes se mezclan y se separan; los recuerdos vienen y van, viajando por los capítulos. El avance de la lectura es un caos bien estr