Entrevista a Adam Blumenthal, editor de Sigilo España.

Hoy, libreros, os traigo otra entrevista, pero esta vez es la primera que hago a un editor. Os presento a Adam Blumenthal , el representante en España de la Editorial Sigilo


¿Cómo nació Sigilo España?
Sigilo España nació de un flechazo. En 2015, en la feria del libro de Guadalajara, conocí al fundador de la editorial, Maximiliano Papandrea y empezamos a colaborar en algunas cuestiones ajenas a la editorial, él desde Buenos Aires y yo desde Tel Aviv. Poco a poco nos dimos cuenta de que además de una gran afinidad laboral, se estaba generando una bonita amistad. Cuando me mudé a Madrid en 2016, Maxi me contactó para que pensaramos juntos cómo introducir en España una de sus mayores obsesiones, “El peregrino” de J.A. Baker. Enseguida mostré entusiasmo y después de larguísimas charlas por teléfono, decidimos abrir una sede de la editorial en Madrid y empezar a publicar en España regularmente.
 ¿Quién está detrás de Sigilo España?
Maximiliano Papandrea, el fundador de la editorial y yo, Adam Blumenthal. Tanto Maxi como yo venimos de una larga trayectoria en distintas facetas del mundo editorial. Antes de fundar Sigilo, Maxi trabajó varios años en La bestia equilátera en el área de producción y previamente corregía muchísimo para grandes grupos y para varias editoriales independientes. Yo empecé traduciendo literatura latinoamericana al hebreo y luego fui editor de la plataforma online dedicada al cuento, The Short Story Project. 
¿Qué debe tener un manuscrito para convertirse en un Sigilo?
A priori, nada que podría determinar con mucha precisión. Me gusta mucho algo que Maxi siempre dice, que un libro puede ser ficción, no ficción, “complejo”, “simple”, largo  corto, ambicioso, modesto, pero en todo caso, siempre tiene que regalarnos algo. Si leemos un libro y está todo muy bien y además nos parece que podría funcionar en el mercado, pero sentimos que no nos dio nada, probablemente no lo publicaremos.
 ¿Por qué Sigilo? (En referencia al nombre de la editorial)
Fíjate que yo mismo nunca se lo pregunté a Maxi. Aun así, te contaré lo que podría significar para mí. No nos gustan la grandilocuencia ni la solemnidad. Sin embrago, queremos participar en el juego, o sea publicar libros buenos, hacerlo bien y tener éxito, es en esa coyuntura que nos identificamos con lo sigiloso.
¿Acompañáis a los escritores después de publicar con vosotros?
Todo lo que podamos. De hecho, también representamos los derechos de la obra de algunas de nuestras autoras, con la clara intención de que se puedan leer en muchos idiomas y en el contexto cultural más adecuado. En este aspecto estamos colaborando con la agencia literaria Indent, de Andrea Montejo y Paula Canal, que están haciendo un trabajo fantástico. Además, intentamos que los autores tengan interacción con sus lectores, tanto en España como en Argentina, aunque a veces, por razones presupuestarios y de agenda, no se da la ocasión. Sobre todo, tenemos toda la intención de seguir publicando sus futuras obras y crecer junto a ellas.
 ¿Cómo es ser editor en una época tan difícil para el libro impreso?
La verdad es que no sé cómo fue antes. Me cuentan que hubo épocas doradas, pero también crisis más grandes. No lo sé. Cabe añadir que España y Argentina son dos casos muy diferentes. Como a mucha gente, nos está costando bastante, aunque no me gustaría entrar en una épica de la lucha para preservar la cultura y tal, porque francamente creo que publicar libros es un privilegio absoluto. Simplemente queremos seguir haciéndolo siempre que podamos y ya está.
¿Lleváis todo el peso editorial vosotros dos o tenéis correctores/traductores/lectores?
Los dos trabajamos en todos los aspectos de la editorial y no tenemos a nadie en un puesto fijo. Mi compañera, que me prohíbe nombrarla, lleva las redes en España y en Argentina tenemos varios colaboradores en temas de traducción, maquetación, prensa, redes y diseño, aspecto en el que, justamente, intentamos variar muchísimo. Verás que Sigilo no diseña los libros en serie y concibe cada cubierta de manera independiente a las demás, aunque a veces dialogan entre sí. Demasiadas veces se usan las cubiertas como meras herramientas mercantiles, sin embargo, nosotros concebimos las portadas como un elemento tan expresivo como los textos e intentamos reflejar esta idea colaborando con diferentes artistas. Además, nos gusta el pop y que todo brille.
¿La sucursal española recibe manuscritos?
En este momento no recibimos manuscritos no solicitados por la sencilla razón de que no queremos dejar ninguno sin leer y ya tenemos muchísimos en evaluación.
¿Nos recomendáis un libro?
Te recomiendo dos. Me gustan mucho los libros de cuentos. En este sentido, “Seres queridos” de Vera Giaconi me pareció excepcional, el mejor conjunto de relatos que he leído en el último tiempo. Hace unos meses mi compañera me dio para leer “Bahía de San Búho”, el cómic de Simon Hanselmann, que me tragó entero y me escupió una semana más tarde.
¿Creéis en el futuro del libro impreso?
Si es cuestión de fe, sí, totalmente, y no lo digo por las cifras, que también lo respaldan, sino porque creo en los fetichistas, los amantes del objeto físico, y principalmente porque no concibo un mundo sin librerías y libreros con los que se puede intercambiar lecturas.
 ¿Un consejo para aquellos que quieren escribir?
No puedo dar ningún consejo para quien quiera escribir, porque nunca he escrito ni pretendo hacerlo jamás. Sí te puedo decir, como lector, que hay ciertas cosas que, a mi juicio, significan un golpe mortal a la literatura, como serían la pretensión, la solemnidad y la importancia desmesuradas que a veces se le otorga al acto de escribir y a la literatura como tal. Algo que veo mucho es que la literatura se relaciona a una intensidad que va más allá de la vida cotidiana y que otorga al que la practica una trascendencia y un halo que lo separa de los demás mortales, como si la literatura tuviera que doler o exigiera inevitablemente un ejercicio intelectual desgarrador reservado a unos pocos. Y para nada creo que sea así.      


Os deseo grandes lecturas,

Laura. 

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