Seis libros clásicos que adoro



Ya he contado muchas veces que los libros de mi infancia fueron en su mayoría clásicos y que eso hizo que me acompañasen en todas mis etapas lectoras. No, no os voy a enumerar todas las maravillas que se esconden en sus mohosas páginas, pero sí quiero contaros cuáles son mis favoritos.

Drácula de Bram Stoker. 

Es mi clásico favorito desde hace casi veinte años. No recuerdo cómo llegó ni cuando a mi vida, pero sí recuerdo que con catorce años pasé una larga noche de julio inmersa en sus páginas.

Fui víctima de esa frase, poco realista todo hay que decirlo, que suele acompañar a este libro: ¡te vas a morir de miedo! Y nada más lejos de la realidad. Fue una lectura trepidante en unos momentos e inquietante en muchos otros, pero siempre he pensado que meterlo en la categoría de terror es pasarse. Por cierto, con las relecturas mejora.

Frankenstein de Mary Shelley.

Lo adoro, lo adoro, lo adoro. Es un clásico al que el cine ha maltratado mucho y esto ha hecho que su esencia se haya diluido entre monstruos tontos con pieles verdosas y zancos altísimos.

Si vais a leer Frankenstein por primera vez y habéis visto alguna de las películas clásicas: ¡borrarla de vuestra mente! Porque la criatura que crea el doctor Frankenstein no es un gigante verde con tornillos, remendado y que balbucea; esa criatura es mucho más. Os hablo más de ella en este aquí 

El camino de Miguel Delibes.

¡Este libro es una maravilla!

No sabéis lo que sufrí con Daniel la noche antes de que su padre lo monte en un tren, lo arranque de su pequeña aldea y lo separe de sus amigos para ir a estudiar el bachillerato a otra ciudad,

Coincidió que le tomé prestado este libro a mi hermana mayor cuando acababa de cambiarme de instituto y me sentí tan identificada con el Mochuelo que cuando años después me mudémosle mi casa me compré una edición para mí y adopté el que mi hermana había dejado abandonado en la casa familiar.

¡LEEDLO, LEEDLO, LEEDLO!

La Historia Interminable de Michael Ende.

¿Quién no conoce la historia de Bastian, Fuyur, Atreyu y la princesa Fantasía?

Aquí tengo que confesar una cosita: vi la película antes de leer el libro. Hale, ya lo dije. La vi durante años en bucle antes de lanzarme con el libro. Cuando decidía leerla lo hice de la biblioteca, aprovechando que acompañaba a mi madre al trabajo y la biblioteca estaba literalmente a la vuelta de la equina. Lo leí como manda la tradición: en tres tardes arrellanada en la alfombra raída del rincón infantil. Cuando me independicé fue uno de los primeros libros que compré para mi biblioteca personal.

Mujeres excelentes de Barbara  Pym.

Barbara Pym es la reina del aquí no pasa gran cosa, pero ya que estoy te cuento dos o tres cositas, o cuatro... La descubrí en 2016 cuando la editorial Gatopardo la reeditó. 

No estamos ante un novelón de esos que te dejan sin aliento y de verdad que da la impresión de que no pasa nada en la vida de Mildred, pero cuando cierras el libro al terminarlo te das cuenta de todo que ha vivido casi sin despeinarse.

Barbara Pym es irónica, pintoresca y era muy capaz de convertirte en un personaje de sus novelas si se te ocurría decir que tu vida era aburrida.

Como agua para chocolate de Laura Esquivel.

Una historia de amor imposible, cocina y un poquito de magia que me enganchó y me conquistó una fría tarde de diciembre.

¿Me contáis cuáles son vuestros clásicos favoritos?


Os deseo grandes lecturas,

Laura. 


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