El obrador de los prodigios Christian Escribà y Sílvia Tarragó



1926. Es Navidad y fuera nieva, algo inusual en Barcelona. Con los primeros copos de nieve nace Alba y un sabor dulce se instala el la casa tras su llegada.
Alba trae consigo el don de llenar de sabores su vida y la vida de aquellos que la conocen.
El día que abre la puerta de la pastelería Escribà para trabajar de dependienta sabe que está un paso más cerca de cumplir su sueño, pero no sabe que la vida es aún más agridulce de lo que ella imagina.
Cada noche, antes de dormirse, sus pensamientos embarrancaban en su recuerdo. Entonces, intentaba encauzarlos hacia el pliegue de la memoria en el que guardaba el pasado. Una tarea inútil, porque al día siguiente se envolvían de nuevo en alguna evocación.
Cogí El obrador de los prodigios de la estantería porque necesitaba leer algo dulce después de una lectura bastante agitada. ¡Menudo acierto!
Conforme avanzaba en su lectura me sorprendía salivando en cada capítulo —cada capítulo lleva el nombre de un postre—. Durante la narración se mezclan la historia y las recetas formando una masa perfecta.

Receta a receta vives el nacimiento de alba, su infancia y juventud, sus amores y desamores, pero también, un poco al fondo, los meses previos a la Guerra Civil, la posguerra y los primero años de la democracia, y el nacimiento y consolidación de la pastelería Escribà como una de las más importantes de Barcelona.

No hay nada más maravilloso que sacar un libro de la estantería pensando que será una lectura ligera y terminar enamorada de la historia.

Os deseo grandes lecturas,
Laura.

Comentarios

  1. ¡Qué ganas tengo de leer este libro! Y más viendo lo que te ha gustado.

    Un beso

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