La Ciudad del Fuego de Kate Mosse
Carcasona, 1562.
Minou Joubert es una joven de diecinueve años que vive en
Carcasona. Regenta junto a su padre una pequeña de libros variados. Una mañana
recibe una carta sellada en la que solo dice: «Ella sabe que estás viva». Ese
día todo cambia.
Piet Reydon es un hugonote que intenta impedir una guerra entre
protestantes y católicos que lleva años fraguándose. Una traición le hará perder demasiadas cosas.
De fondo, la historia de Blanche, una mujer marcada por
el maltrato, que urde una venganza que espera que la haga libre —y premie— de
años de sufrimiento.
Viajes, libros prohibidos , religión, traiciones, sangre,
guerras y amor en la Francia del siglo XVI.
¡Fascinante!
¿No está escrito que hay un tiempo para llorar, y un tiempo para reír? ¿Un tiempo para lamentar, y un tiempo para celebrar? Aquí es donde termina. En fuego y en llamas.
Kate Mosse es maravillosa con las descripciones, tanto de
personajes como de lugares y sensaciones. Los personajes viven en cada página y
los sientes como te sientes a ti misma. El viaje comienza trescientos años
después —en 1862— en un cementerio de Sudáfrica. A partir de ahí las historias
se enlazan unas con otras sin saltos repentinos. Los extractos de un diario
alivian la tensión del relato principal y crean una subtrama igual de
interesante que este. No hay duda de porqué la autora se ha ganado el apodo de La reina de la novela histórica.
La
Ciudad del fuego tendrá una, La Ciudad de las Lágrimas, que está en proceso de escritura.
Os deseo grandes lecturas,
Laura.
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